Administración de la empresa familiar
Artículo publicado el: 09 marzo, 2021
Cuando escuchamos el término empresa familiar, en repetidas ocasiones lo asociamos a una empresa pequeña, un micronegocio, o bien, una empresa poco profesional donde los miembros de una familia trabajan sin importar sus capacidades para desempeñar un trabajo y sin meritocracia alguna.
Sin embargo, si partimos de hechos, hay evidencia en que las empresas familiares son la figura dominante de negocios en el mundo, dan empleo a millones de personas y generan una considerable cantidad de riqueza, por lo que sería un error seguir asociándolas con PYMES o empresas poco profesionales.
Específicamente en nuestro país, las empresas familiares representan el 92% de las empresas, producen alrededor del 76% del producto interno bruto y generan 3 de cada 4 empleos.
Pero ¿cuándo podemos decir que una empresa es familiar?
Una empresa se considera familiar cuando gran parte de la propiedad pertenece a una familia o cuando sus miembros intervienen de forma decisiva en la administración y dirección del negocio y, además, están comprometidos con el mantenimiento de esta.
Al hablar de empresas familiares podríamos referirnos desde tiendas locales de barrio, millones de pequeñas y medianas empresas hasta grandes corporaciones globales como: BIMBO, Grupo Bal, Grupo México, BMW, United Colors of Benetton, Cargill, Wal-Mart, Decathalon Group, Bloomberg, Levi Strauss& Co, Kraft, Forever 21, Mercadona, Acciona, Prada, entre muchas más.
Sin seguir haciendo referencia al tamaño, las empresas familiares a las que nos referimos son aquellas que tienen ciertas características, independientemente de su tamaño o ubicación geográfica:
En otras palabras, una empresa familiar es una empresa donde una familia posee una participación significativa y esta puede influir en decisiones importantes, pero por sobre todo, desea que la empresa permanezca durante generaciones, preservando sus valores y su conocimiento.
Dicho lo anterior, además de los retos empresariales, este tipo de empresas comúnmente enfrentan ciertos desafíos que las hacen únicas, de los cuales convendría estar sensibilizados y preparados:
Sin embargo, el principal reto de la empresa familiar responsable es el de asegurar su desarrollo y continuidad.
Para tener éxito a medida que la empresa y la familia crecen, una empresa familiar debe cumplir dos desafíos entrelazados: lograr un sólido y sostenible desempeño de negocio y mantener a la familia comprometida y capaz de continuar como propietaria, aportando a la empresa y no solo recibiendo utilidades por sus acciones.
Hablar de empresas familiares no es el término más adecuado ya que en ocasiones queda acotado al negocio, por lo que resulta más conveniente hablar del concepto Familia Empresaria, donde se engloba a las empresas; sin embargo, va más allá. La existencia de una empresa de familia no garantiza que haya una familia empresaria.
Una Familia Empresaria es aquella familia cuyos miembros comparten capital y propiedad en una o más empresas pero que, además, tienen una visión compartida, siendo partícipes de la gestión, dirección, gobierno o propiedad. Esta familia no solo comparte propiedad en empresas, sino aún más importante, comparten valores que los caracteriza y los hace actuar de cierta manera.
La cultura de la familia empresaria promueve la unidad entre miembros ya que el centro no es la empresa sino las personas. Personas que comparten una o varias empresas, activos financieros, activos inmobiliarios, entre otros, pero que -sobre todo- comparten unos valores e historia que promueven el seguir emprendiendo, generando así un valor más poderoso: el orgullo de pertenecer.
La Familia Empresaria no crece naturalmente, es necesario impulsarla a través del empresario y su pareja, respecto de los hijos o de los socios (hermanos o no) para que los miembros de la familia compartan valores y una visión en común. La responsabilidad de los fundadores no está solo en la empresa, sino en la familia, impulsando una cultura emprendedora y la importancia de la unidad familiar y preparándolos para evitar y resolver posibles conflictos. Con esto crearán una cultura en la familia que terminará siendo benéfica no únicamente para los miembros familiares, sino también creando valor para la sociedad con trabajo y responsabilidad social a través de actividades filantrópicas.
Una Familia Empresaria responsable, al no tener únicamente al centro a su empresa, se ocupa de otras cosas que la hacen ser más fuerte como tener una familia unida, desarrollar el talento de los miembros familiares, invertir en otros negocios, cuidar sus activos y no solo gastarlos, desarrollar sistemas de toma de decisiones, impulsar la meritocracia, planear su familia y su empresa, entre otras, pues son personas que comparte una visión clara de hacia dónde quieren llegar.
El caso de las empresas antes mencionadas, permiten entender que las Familias Empresarias que hay detrás de estas compañías, producen un gran rendimiento y perduran en el tiempo, pese a cualquier estadística de mortalidad de las empresas; ya que en distintas ocasiones estas grandes corporaciones son fruto de diferentes emprendimientos de una misma familia, respaldadas por sus valores, su misión y su manera de hacer empresa.
Para que las familias empresarias continúen generando valor, deberán cuidar e impulsar que las siguientes dimensiones convivan con sincronía:
En la unidad familiar y compromiso de continuidad con el proyecto empresarial reside la principal fuente de ventaja diferencial respecto a otras empresas. El binomio resultará benéfico, siempre y cuando se trabaje en ambos sistemas para trascender familiar y empresarialmente que es ir más allá de lo que pudieran esperar de nosotros; será necesario tomar acción, para ello encontrarás algunas directrices:
Para mantener la unidad y el compromiso:
Para asegurar la visión de largo plazo y la misión del negocio o los negocios:
En Ceron&Co ayudamos a las empresas familiares para que conviertan los desafíos en oportunidades. Ponte en contacto con nosotros.
Escrito por: María José Cerón